Es cierto que la edad es solo un número, pero con el paso del tiempo, el rostro va acumulando recuerdos. El peor error es esconder la piel madura por sus arrugas y líneas de expresión, ¡siéntete orgullosa de ellas!
Nuestros siguientes consejos no están orientados solamente a rejuvenecer, sino a mantener tu piel lo más sana y bella posible. Para ello utilizaremos la regla de los tres pasos. Con esta regla nos referimos a una rutina que debes llevar a cabo todos los días por la mañana y por la noche. Son tres pasos básicos para todas las pieles, pero se deben realizar con productos específicos según la edad.
Paso 1: Limpieza en profundidad
En este primer paso buscamos dejar la piel libre de las impurezas diarias, eliminando de manera superficial células muertas, contaminación, polvo y demás suciedad.
Para esta tarea no es suficiente con usar agua y jabón, debes buscar un producto acorde con tu dermis como una loción micelar o un gel natural.
Paso 2: Tonificación
Elige un producto natural y asegúrate de que no irrita ni reseca tu piel. Si ninguno te convence, puedes preparar una fórmula tonificante en casa.
Para la pieles maduras va muy bien mezclar 100 ml. de agua destilada con 10 ml. de aceite esencial de rosa mosqueta. Si la conservas en la nevera la mantendrás fresca y al aplicarla sobre la piel favorecerá todavía más la circulación de la sangre en tu rostro.
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