Después de una jornada de ejercicio solemos llegar agotados a casa y solo tenemos energía para una ducha rápida. El sudor que se genera en el entrenamiento hace que los poros se abran, eliminando toxinas y deshidratando la piel. Por esta razón, te recomendamos este ritual de cuidado para la piel después de hacer ejercicio.
Protégete del sol
Antes de salir de casa y ponerte en marcha, te sugerimos aplicarte un protector solar de al menos 30 SFP, especialmente si practicas deportes en el exterior. Con este paso se evita que el sol dañe nuestra piel. Recuerda que incluso los días de lluvia, los rayos UV impactan en nuestra piel y si no la protegemos, la dejamos vulnerable. ¡Saca del fondo del armario del baño tu protector solar y añádelo a tu rutina diaria!
Una ducha fría o tibia
La temperatura del agua con la que nos duchamos es mucho más importante de lo que podrías llegar a suponer. Como os comentamos antes, durante una actividad física se abren los poros. El agua fría y tibia consigue limpiar y cerrar los poros, evitando así que la piel quede expuesta a agentes del ambiente que la podrían dañar. Asimismo, esta temperatura estimula el riego sanguíneo, ayudándote así a relajar los músculos y a descansar mejor.
Hidrata tu piel
Este paso nunca puede faltar en tu rutina de belleza. La crema hidratante consigue que la piel recupere los nutrientes y la humedad perdida durante el ejercicio. Te recomendamos hidratar tu piel tanto antes de hacer deporte como después, de este modo evitarás forzarla en el proceso.
No olvidéis mimar toda la piel de vuestro cuerpo, no solo la de la cara. Aquí destacamos la parte de las manos y los pies, ya que son las zonas que más sufren con el roce de la actividad física. De hecho, para evitar callos, ampollas y pellejos es aconsejable que expolies tus pies y manos una vez cada diez días. Así, lograrás descongestionar estas partes del cuerpo y obtendrás una piel suave.
Para completar esta rutina de cuidado de la piel tras el ejercicio, te animamos a hacerte una limpieza facial. Empieza utilizando una leche limpiadora y un tónico para purificar tu piel; después es el turno del sérum y la crema hidratante, los cuales ayudarán a nutrir el cutis.
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